Las sillas se iban llenando poco a poco y las jarras bailaban por la mesa iba saludando a la gente que venía pero con una mano siempre preparada para el proximo trago.
Me levanté en cuanto terminé para que me rellenaran
Me levanté en cuanto terminé para que me rellenaran
- ¡COOOON 68 KILOS!
- No
- ¡1'75 DE ALTURA!
- Caaalla
- ¡YYYYY 3 AÑOS COOOOOMO PARROQUIANO!
- Al final me cambiaré de bar por cabrón
- ¡PEEEEEDRO HIGADOOOOOO DE ACEROOOO!
- Anda ponme otra y deja de hacer el ganso.
- La tercera en media hora... Esto es claramente un... ¡INTENTARÁ SUPERAR ESTA TARDE EL RECORD!
- En ocasiones... te odio un poquito
- Bueno, mientras sea solo un poquito.
Marcos era el encargado de emborracharnos, desde el dia que abrió hasta la fecha siempre habiamos estado allí para los partidos, para las cartas o simplemente para hablar, nos pedía opinión antes de hacer cambios y al preparar eventos, todos lo sentíamos un poquito nuestro. Era majo y siempre se portaba con las tapas e incluso si estaba de buen humor invitaba a alguna ronda, pero también había que soportar sus bromas y su humor un poquito ácido.
Volví a la mesa con las mejillas aún calientes por la verguenza del circo que había montado Marcos, y sabiendo que, por supuesto, mi pandilla estaba preparada para seguir la broma, fui recibido entre aplausos y con algunos cantando mi nombre, me senté en mi sitio, planté la jarra delante y les dediqué el "Teniendo amigos así, quien necesita enemigos" más hiriente que pude mientras intentaba escondía la sonrisa.
- ¿Qué récord intentas superar?
Esa voz... Un escalofrío me recorrió desde la cabeza hasta los pies.
- No intento superar nada - Respondí con voz cansada
- Eso no es lo que dicen, confiesa - Insistió ella
- La tercera en media hora... Esto es claramente un... ¡INTENTARÁ SUPERAR ESTA TARDE EL RECORD!
- En ocasiones... te odio un poquito
- Bueno, mientras sea solo un poquito.
Marcos era el encargado de emborracharnos, desde el dia que abrió hasta la fecha siempre habiamos estado allí para los partidos, para las cartas o simplemente para hablar, nos pedía opinión antes de hacer cambios y al preparar eventos, todos lo sentíamos un poquito nuestro. Era majo y siempre se portaba con las tapas e incluso si estaba de buen humor invitaba a alguna ronda, pero también había que soportar sus bromas y su humor un poquito ácido.
Volví a la mesa con las mejillas aún calientes por la verguenza del circo que había montado Marcos, y sabiendo que, por supuesto, mi pandilla estaba preparada para seguir la broma, fui recibido entre aplausos y con algunos cantando mi nombre, me senté en mi sitio, planté la jarra delante y les dediqué el "Teniendo amigos así, quien necesita enemigos" más hiriente que pude mientras intentaba escondía la sonrisa.
- ¿Qué récord intentas superar?
Esa voz... Un escalofrío me recorrió desde la cabeza hasta los pies.
- No intento superar nada - Respondí con voz cansada
- Eso no es lo que dicen, confiesa - Insistió ella
- Pedro intenta superar el glorioso y fantastico récord de los 7 litros y medio en una tarde del ilustre hombre que tienes allá sentado - Contestó Pablo señalando a Joaquin, quien se daba golpes en el pecho como un orangután - Muchas neuronas valientes murieron ese día... Y así se quedó - Añadió mientras esquivaba el bolígrafo que le lanzaba este.
Sabía que iban a venir, pero aún no estaba lo suficientemente borracho como para estar preparado, o para que me diera igual...Así que enganché la jarra y pegué el trago mas largo que me permitieron mis pulmones y mi garganta, aún no era tarde para hacerlo.
El grupo se volcó en ayudarme a superar el récord trayéndome jarras, cosas de comer y aplaudiendo cada cerveza que acababa, pero ni el amargo sabor de litros de cerveza conseguian quitarme el del coctel de sensaciones que tenía en ese momento. Estaba enfadado, arrepentido, acojonado y feliz, habían pasado tantas cosas y tan pocas, tan importantes y tan absurdas que no sabía como actuar, pero de momento el objetivo era claro... Cerveza.
- Haz lo que quieras, pero ya sabes la norma
- ¿El qué? - Pregunté mientras intentaba escapar de los pensamientos de mi cabeza
- Según el articulo 3.2 del contrato de mejores amigos, yo cumpliré con la honorable e importante tarea de dirigir tu ebrio cuerpo a un lugar seguro - Dijo con voz solemne - pero allí no dice nada de que tenga que llevarte a caballito ni que tenga que sujetarte la cabeza mientras "algo" intenta escapar de ti. - Añadió.
- Pero si tu nunca has cumplido eso - Dije mientras jugaba con la cerveza que quedaba en mi jarra - No irás ahora a empezar, después de tantos años de abandonos.
- Cuan crueles pueden ser las palabras de un borracho - Dijo con voz melodramática.
La gente iba y venía y a mi lado se iban acumulando las jarras, ya que Marcos había decidido no recogerlas por si superaba el record, que quedara una foto chula para el bar, a mi me daba igual, solo quería ver si conseguía matar esa neurona que recordaba lo de ayer... o mejor la del arrepentimiento...
Sabía que iban a venir, pero aún no estaba lo suficientemente borracho como para estar preparado, o para que me diera igual...Así que enganché la jarra y pegué el trago mas largo que me permitieron mis pulmones y mi garganta, aún no era tarde para hacerlo.
El grupo se volcó en ayudarme a superar el récord trayéndome jarras, cosas de comer y aplaudiendo cada cerveza que acababa, pero ni el amargo sabor de litros de cerveza conseguian quitarme el del coctel de sensaciones que tenía en ese momento. Estaba enfadado, arrepentido, acojonado y feliz, habían pasado tantas cosas y tan pocas, tan importantes y tan absurdas que no sabía como actuar, pero de momento el objetivo era claro... Cerveza.
- Haz lo que quieras, pero ya sabes la norma
- ¿El qué? - Pregunté mientras intentaba escapar de los pensamientos de mi cabeza
- Según el articulo 3.2 del contrato de mejores amigos, yo cumpliré con la honorable e importante tarea de dirigir tu ebrio cuerpo a un lugar seguro - Dijo con voz solemne - pero allí no dice nada de que tenga que llevarte a caballito ni que tenga que sujetarte la cabeza mientras "algo" intenta escapar de ti. - Añadió.
- Pero si tu nunca has cumplido eso - Dije mientras jugaba con la cerveza que quedaba en mi jarra - No irás ahora a empezar, después de tantos años de abandonos.
- Cuan crueles pueden ser las palabras de un borracho - Dijo con voz melodramática.
La gente iba y venía y a mi lado se iban acumulando las jarras, ya que Marcos había decidido no recogerlas por si superaba el record, que quedara una foto chula para el bar, a mi me daba igual, solo quería ver si conseguía matar esa neurona que recordaba lo de ayer... o mejor la del arrepentimiento...